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«Las deudas son como cualquier otra trampa en la que se es muy fácil caer, pero de la que es dificilísimo salir.»
(George Bernard Shaw)

Un reciente estudio de McKinsey sitúa la deuda total en el mundo (sumando deuda pública y deuda privada, considerada ésta como la suma de la deuda de las empresas y la de las familias) para el año 2007 en 97 billones de dólares. Y diez años más tarde, en 2017, esta deuda global ya se sitúa en 169 billones de dólares y en 2018 ha alcanzado los 182 billones de dólares. Es decir, esa deuda ha pasado del 167% al 209% del PIB mundial. En el caso de España el salto ha sido desde el 242% del PIB en 2007 hasta el 275% en 2017.

¿A qué se debe ese endeudamiento tan desaforado? Pues a un periodo inusualmente largo de políticas financieras laxas, es decir de tipos de interés en el 0%. Ello ha contribuido a paliar en cierta medida la gran crisis financiera del 2007 pero como muchas veces ocurre la medicina que es buena para una enfermedad puede no serlo tanto para otras partes del cuerpo.

Hay quien vaticina que esa inmensa cantidad de deuda, que para algunos países sigue en un camino ascendente se va a convertir, en los próximos dos o tres años, en la siguiente recesión. No hay que olvidar que la deuda hay que pagarla. Y que más pronto que tarde los Bancos Centrales se verán abocados a subir los tipos de interés. De hecho la Fed de Estados Unidos ya ha situado el tipo de interés por encima del 2%.

Ahora la pregunta que surge es: ¿Qué hacer, cómo reducir la deuda? Pues los estudiosos nos dicen que la historia propone cuatro formas de hacerlo. CRECER, pero el sobre endeudamiento, el envejecimiento de la población, la innovación tecnológica, los bajos salarios y la productividad actuales no permiten crecer la ritmo deseado. AUMENTAR LA INFLACIÓN, no se ha conseguido tampoco. La inflación ayuda a los deudores y perjudica a los acreedores. Y hoy en nuestra sociedad hay muchos deudores y pocos acreedores que tienen mucho poder, van más a votar y no quieren ver como sus ahorros pierden valor (¿le suena al lector de algún gran país de Europa?). REESTRUCTURAR LA DEUDA o HACER QUITAS, esta es una opción histórica que se ha hecho en múltiples ocasiones. Pero algunos países están más preparados que otros. En USA se admite que el acreedor arriesga cuando invierte (presta) y por lo tanto puede incurrir en pérdidas. En China el sistema permite que muchos acreedores acepten pérdidas en el presente si quieren hacer negocio en el futuro. Pero en Europa el criterio imperante es que el deudor tiene que pagar todas sus deudas (¿Grecia?). Y por último, una GUERRA CIVIL O CON OTROS PAISES. Este es el peor de los remedios. Reduce la desigualdad pero provoca que todo el mundo sea más pobre. A pesar de ello, dan que pensar los conflictos bélicos que hoy permanecen abiertos.

Este escenario de gran endeudamiento afecta tanto a los países avanzados como a los emergentes, siendo éstos los que van a tener más problemas para pagar sus préstamos lo cual afectará al crecimiento de las economías.

Así pues, parece que pintan bastos en el futuro cercano. Y a los ciudadanos de a pié sólo nos queda el «wait & see & keep hope».

Más información:

https://www.mckinsey.com/mgi/our-research

https://www.elboletin.com/noticia/165259/economia/que-paises-son-los-mas-endeudados-del-mundo.html

https://cincodias.elpais.com/cincodias/2018/09/27/mercados/1538063281_448982.html

http://www.expansion.com/economia/2018/10/01/5bb239f1e2704e8b0c8b46c2.html