«Nuestra soberanía política dependerá de nuestra soberanía tecnológica»
(Bruno Le Maire, Ministro francés de Economía y Finanzas)
Y el propio Le Maire advierte que «Europa no se puede resignar a ser una economía basada en los servicios. El mantenimiento de una industria competitiva es indispensable, pero también para evitar un deterioramiento social que alimente las opciones populistas».
La historia nos recuerda que las revoluciones tecnológicas tienen consecuencias geopolíticas y hoy la Inteligencia Artificial (IA) está redefiniendo la economía mundial y sus centros de poder. Ante este panorama es fácil pensar que aquellos que dominen la IA se convertirán en las superpotencias del Siglo XXI.
Europa fue la metrópolis en la revolución industrial. Y hoy se está convirtiendo en una colonia tecnológica digital espectadora de la batalla que libran los USA y China. Batalla en la que Europa debía haber entrado hace ya demasiados años. En lugar de esperar a que los USA fuesen nuestro proveedor tecnológico y velar por convertirnos en una potencia tecnológica, la prioridad de los funcionarios de Bruselas ha sido proteger al consumidor y al libre mercado. Por supuesto que esto es importante pero se han olvidado claramente las prioridades.
En Europa no se ha pensado, como lo hacen Washington y Pekín, no tan solo en proteger al ciudadano sino también en sus propios intereses geoestratégicos. Europa no ha sabido ser proteccionista como lo han sido los USA cuando la situación lo ha requerido.
IBM tiene la cartera de aplicaciones de IA más grande del mundo con más de 8.000 patentes, seguida por Microsoft con 6.000. Patentes que van desde la industria, el transporte, la educación, o la salud. Para China la cuestión forma parte de una estrategia política de Estado, siendo el único país del mundo que tiene un plan de desarrollo específico para convertirse en líder en el campo de la Inteligencia artificial en el 2030. China acapara el 48% del capital mundial destinado a empresas emergentes en el terreno de la IA. He aquí un dato a tener en cuenta: las solicitudes de patentes chinas ha crecido un 20% en los últimos tres años. Kai Fu Lee, fundador del fondo de inversión Sinovation Ventures, apunta que «en el futuro cada nación necesitará herramientas y aplicaciones de IA para poder mantenerse competitiva tanto desde el punto de vista político como económico. Los países más pequeños y los más pobres se verán obligados a negociar con los USA o China para poder obtener esa tecnología».
China hace ya tiempo que abandona el modelo de fábrica mundial de bajo coste. China quiere ser lider en innovación y en tecnología. Una prueba de ello es el aterrizaje en Barcelona de la incubadora china Tusstar fundada en 1999 y que ha participado en la creación de 7000 empresas en todo el mundo, de las cuales 35 ya cotizan en bolsa. Esta incubadora, con una inversión hasta la fecha de más de 263 millones de euros ha obtenido un retorno diez veces superior. Sin olvidar que cuatro de las empresas con una valoración de 1.000 millones de euros, y que no cotizan en bolsa, son chinas.
Grandes fondos de inversión asiáticos y chinos, y también de países árabes del Golfo, están invirtiendo cantidades astronómicas de dinero en proyectos de inteligencia artificial. Un ejemplo es Uber, que con unas pérdidas de 4.000 millones anuales, está recibiendo grandes inyecciones dinerarias de esos fondos con objetivo de que sus coches autónomos lleguen a sustituir a los transportes locales en Europa. Como anécdota debemos tener en cuenta que la Unión de los Emiratos Árabes (UEA) creó en Octubre del 2017 un Ministerio para La Inteligencia Artificial. Esos fondos soberanos, con su apuesta millonaria, lo que están haciendo es poner a su servicio el sistema productivo europeo. Por otra parte, recordemos que China ya perdió en su día el protagonismo en la segunda resolución industrial y no parece que quiera perder su protagonismo en esta cuarta revolución.
Ciertamente parece que a los europeos nos están colonizando tecnológicamente, mientras miramos hacia otro lado. Y si Europa no se quiere convertir en un simple mercado, como en su momento lo fueron China, Asia o África, entonces debe cambiar las reglas del juego con respecto a la IA. Construyendo sus propios organismos y agencias de I+D+i.
Toda tecnología tiene una semilla y un fundamento que es la formación y el aprendizaje. Si nos centramos en la España y parafraseamos al profesor Marina «Si España pierde el tren de la formación y el aprendizaje, se convertirá en el bar de copas de Europa». ……. Ahí lo deja el profesor Marina.
Más información:
Morózov, Ievgueni. (2011). “The Net Delusion: The Dark Side of Internet Freedom”. Perseus Book Group, Philadelphia..
Morózov, Ievgueni. (2013). “To Save Everything, Click Here: TheFolly of Technological Solutionism”. PublicAffairs.
https://www.lavanguardia.com/tecnologia/20190326/461242978052/huawei-red-5g-ciberseguridad-ue.html