«Los miembros de una sociedad en la que exista una ética sólida del trabajo tendrán más bienestar material que los de una sociedad en la que esa ética sea débil o inexistente.»
(James M. Buchanan. Premio Nobel de Economía -1986-)
Continuo dedicando una parte de mi tiempo durante estos dias de confinamiento y de lucha colectiva contra la pandemia (primavera del 2020) a recuperar la lectura de obras que han marcado, y todavía hoy marcan, hitos importantes en el mundo de la gestión y dirección de equipos humanos y de empresas. En esta ocasión me baso en el libro «Ethics and Economic Progress» de James M. Buchanan.
Buchanan sostiene que el bienestar económico de cualquiera de nosotros depende de nuestra actitud hacia el trabajo y el ahorro. Así, una sociedad en la que predomina una alta inclinación al trabajo y al ahorro será siempre una sociedad más próspera que cualquier otra menos motivada en ese sentido.
De hecho, ¿qué sucede cuando trabajamos más y mejor movidos por la ética del trabajo, cuando aumentamos nuestra productividad? Pues que estamos incrementando la dimensión del mercado, la red de interdependencia económica. Incrementar la productividad implica la creación de un mercado más amplio. Nos hacemos «más ricos», mejoran nuestros inputs a medida que se expanden las dimensiones del mercado. Ese incremento de trabajo/productividad nos ofrece la oportunidad de adquirir nuevos bienes y servicios de mayor calidad y en mayor cantidad.
Y ¿qué sucede con el ahorro? El ahorro libera recursos para la producción de bienes de capital en lugar de bienes de consumo, y este incremento de inputs de capital en el mercado amplía el volumen de la economía.
Dicho esto puede que nos planteemos ¿qué es ahorrar? AHORRAR es, en definitiva, NO GASTAR. El flujo de RENTA (también le podemos llamar salario) que un individuo percibe fruto de su trabajo y de su productividad se compone de dos categorías: el GASTO en compras de bienes finales de consumo, y el AHORRO. Es decir,
RENTA PERCIBIDA = GASTO + AHORRO
En la realidad podríamos decir que el Ahorro es un residuo, es la cantidad de Renta que queda después de gastar en bienes y servicios. Ese Ahorro se convertirá en bienes de capital, que son instrumentos o herramientas que serán utilizados en la producción de bienes finales. Los bienes de capital representan los inputs de los procesos de producción. La característica esencial del capital como noción abstracta es el hecho de que es productivo. En otras palabras, esos bienes de capital se pueden traducir en una vivienda, un automóvil o una inversión mobiliaria, por poner unos ejemplos simples.
Y Buchanan sostiene, que tanto la ética del trabajo como la ética del ahorro mantienen un contenido económico positivo. Dicho de otra forma, en la mediada en que existan la ética del trabajo y la ética del ahorro y confluyan en el comportamiento individual, estaremos mucho mejor de lo que estaríamos sin ese comportamiento ético.
Si simplificamos los conceptos, lo que Buchanan nos dice es que debemos tener una ética del trabajo y debemos prestar máxima atención a la gestión del ahorro, ya sea personal o familiar, a la gestión de la tesorería de nuestras empresas, a la gestión cuidadosa del presupuesto de toda la sociedad, de todo el país. Todo ello debe convertirse en un hábito, y para los países en una obligación. En definitiva, el progreso y el futuro de un individuo, de una familia, de una empresa o de un país dependen en gran parte de dos pilares básicos: TRABAJO y AHORRO.
Elector puede hacer sus propias comparaciones a nivel individual, colectivo, social o entre países. Y comprobará donde se encuentra el mayor bienestar, la mayor riqueza y el liderazgo más consistente.
Y a modo de epílogo, «podemos afirmar que el trabajo y el ahorro son cualidades morales análogas a la honestidad y al cumplimiento de aquello que nos prometemos o nos proponemos (James M. Buchanan)».
«La ética es ante todo un aprendizaje, y no es posible mejorar el nivel moral de una sociedad sin el desarrollo de sus virtudes, lo cual es una tarea ascética, no filosófica (Antonio Argandoña / 1999).»
Más información:
«Ethics and Economic Progress». (1994). James M. Buchanan. University of Oklahoma Press.